A lo largo de mi carrera como consultor tecnológico, he visto infinidad de proyectos con resultados similares: poca usabilidad, falta de funcionalidad y grandes esfuerzos en vano. Esta frustración me llevó a descubrir un concepto que lo cambió todo, y en este artículo te guiaré a través de los primeros pasos MVP (Producto Mínimo Viable) para que tú también puedas aplicarlo.
Siempre me preguntaba: ¿no entendíamos los requerimientos? ¿El cliente no entendía el producto? La respuesta llegó en una simple conversación de cafetería sobre iterar y aprender en ciclos cortos. Así descubrí el poder del MVP, una versión de un producto que permite recabar el máximo aprendizaje sobre los clientes con el mínimo esfuerzo.
Mi perspectiva cambió por completo. Dejé de pensar en productos monolíticos y empecé a enfocarme en entregar el mínimo valor posible con el mínimo esfuerzo, para aprender y mejorar.
En mi cabeza empezaron a sonar nuevos términos, metodologías de trabajo, iteraciones, manifiestos, equipos multidisciplinares… Pero sobre todo llamó mi atención, no por la palabra, sino por su significado, la palabra MVP (Producto Mínimo Viable).
¿Qué es un Producto Mínimo Viable (MVP)?
Antes de dar tus primeros pasos, es esencial entender el concepto. Un MVP no es un producto a medias, sino la versión más básica y funcional de tu idea, diseñada para cumplir un objetivo clave: validar una hipótesis. Su propósito es responder a esta pregunta: ¿hay alguien dispuesto a usar (o pagar por) esto?
El objetivo principal es evitar construir algo que nadie quiere, maximizando la información obtenida a cambio del costo y esfuerzo invertidos.

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Pero como en todas las facetas de la vida, habíamos olvidado lo más importante…
El Desafío: Cambiar la Mentalidad del Cliente
Implementar esta filosofía no fue fácil. Mi equipo y yo estábamos listos para minimizar esfuerzos y maximizar el aprendizaje, pero nuestro cliente no estaba dispuesto a cambiar su forma de trabajar: exigía una ejecución completa y revisión solo al final del proyecto.
Lejos de desistir, usamos las reuniones para recabar información. Entendimos su miedo: les costaba visualizar cómo «dividiendo» un producto en pequeñas funcionalidades podrían llegar a tener el mismo sistema robusto que ya conocían. Sin darnos cuenta, nuestro primer MVP no fue un software, sino un plan para educar al cliente.
Lo primero que entendimos es que les costaba visionar cómo «dividiendo» un producto en pequeñas funcionalidades podrían llegar a tener la misma funcionalidad que tenían con otro sistema que usaban en su día a día. Tenían miedo de no pulsar las mismas teclas que pulsaban todos los días, aunque eso le llevase mucho tiempo.
También detectamos muchas carencias a la hora de entender el ciclo de vida del proyecto. No solo en la nueva “metodología” que tratábamos de introducir, sino también en la forma de trabajar que habían seguido durante años.
Con esta información sobre la mesa, la verdad es que teníamos complicado cumplir nuestro objetivo. Pero no nos rendimos. Continuamos con nuestro cambio de mentalidad y pensamos en un nuevo MVP que nos permitiese avanzar un poco más.
Nuestros Verdaderos Primeros Pasos MVP en Acción
Con la información que recabamos, lanzamos un MVP muy simple para validar nuestra nueva estrategia de trabajo:
- Formación Estratégica: Creamos una formación básica sobre gestión de proyectos ágiles. La impartimos una vez a la semana durante solo 1 hora. Era nuestro producto mínimo para validar si el cliente podía adoptar la nueva mentalidad.
- Compromiso de Funcionalidad: Nos comprometimos a mantener el 100% de la funcionalidad crítica si nos permitieran entregarla en pequeños hitos funcionales.
Los resultados fueron asombrosos. En pocos meses, el propio equipo del cliente se convirtió en embajador del cambio. Entendieron que recibir pequeñas funcionalidades en cortos periodos les facilitaba tomar decisiones sobre lo que de verdad era importante.
Guía para dar tus Primeros Pasos MVP
Mi historia demuestra que un MVP puede ser cualquier cosa que te permita aprender. Si quieres empezar, aquí tienes una guía práctica:
- Define tu Hipótesis Principal: ¿Cuál es el mayor riesgo de tu proyecto? ¿Qué suposición, de ser falsa, haría fracasar todo? Ejemplo: «Los usuarios pagarán por recibir informes automáticos».
- Identifica la Funcionalidad Mínima: ¿Qué es lo absolutamente indispensable para probar esa hipótesis? Para el ejemplo anterior, podría ser un simple botón que envíe un PDF generado manualmente a su email. No necesitas un sistema de facturación completo ni un panel de control avanzado.
- Construye y Mide: Desarrolla solo esa funcionalidad mínima. Lánzala a un grupo reducido de usuarios y mide su comportamiento. ¿Hacen clic? ¿Abren el email? ¿Responden con feedback?
- Aprende e Itera: Con los datos recogidos, decide el siguiente paso. ¿La hipótesis era correcta? Pivota, mejora la funcionalidad o pasa a la siguiente hipótesis. El ciclo de construir-medir-aprender es el motor de los primeros pasos MVP.
Después de contar esta larga historia de sufrimientos y alegrías, es momento de animaros a dar un vuelco a vuestra mentalidad. De no tener miedo a los cambios, de aplicar el sentido común en vuestro día a día y, sobre todo, de que empecéis a experimentar, lanzando pequeños MVP que os permitan aprender de manera rápida y eficaz.
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Preguntas Frecuentes sobre tus Primeros Pasos MVP
Para resolver las dudas más comunes que surgen al iniciarse en este camino, hemos preparado las siguientes respuestas.
¿Cuál es la diferencia entre un MVP, un prototipo y una versión beta?
La diferencia clave está en el propósito. Un prototipo busca validar el diseño y la usabilidad («¿pueden los usuarios usarlo?»), pero no suele ser un producto funcional. Una versión beta es un producto casi completo que se lanza a un grupo limitado para encontrar fallos. En cambio, un MVP (Producto Mínimo Viable) es un producto funcional y real, aunque muy simple, cuyo único objetivo es validar la hipótesis de negocio más importante («¿quieren los usuarios usarlo y/o pagar por ello?»).
¿Cómo decido qué funcionalidades son realmente «mínimas» para mi MVP?
La mejor forma es enfocarte en tu hipótesis de mayor riesgo. Pregúntate: «¿Cuál es la única acción o funcionalidad que necesito para demostrar que mi idea tiene valor para un cliente?». Todo lo demás (inicios de sesión complejos, perfiles de usuario, ajustes avanzados) es secundario para los primeros pasos MVP. Si tu idea es una app para encontrar aparcamiento, la funcionalidad mínima es mostrar un solo aparcamiento libre en un mapa, nada más.
¿Un MVP es solo para productos de software o startups tecnológicas?
¡Para nada! El concepto de MVP es universal y se puede aplicar a casi cualquier tipo de negocio. Como se ve en la historia del artículo, un MVP puede ser un curso de formación, una landing page para medir el interés, un vídeo explicativo del producto, o incluso un servicio manual (conocido como MVP «Mago de Oz», donde parece automático pero una persona lo hace todo por detrás). La clave es aprender con el mínimo esfuerzo.
¿Qué pasa después de lanzar el MVP? ¿Simplemente le añado más funciones?
El lanzamiento es solo el principio. La fase más importante después del MVP es el aprendizaje validado. Debes analizar los datos y el feedback de los usuarios para decidir el siguiente paso. Las opciones suelen ser tres:
- Perseverar: La hipótesis se ha validado. Continúas mejorando y añadiendo las siguientes funcionalidades más importantes.
- Pivotar: La hipótesis central era incorrecta, pero has descubierto una nueva oportunidad o necesidad. Cambias de dirección estratégica basándote en los datos.
- Desistir: La hipótesis ha sido invalidada y no hay un camino claro. Aunque duro, un MVP te permite llegar a esta conclusión habiendo invertido el mínimo de recursos posible.
¿Cuál es el mayor error que se comete al dar los primeros pasos con un MVP?
El error más común es enamorarse de la solución en lugar del problema. Esto lleva a construir un «Producto Máximo Viable» en lugar de uno mínimo. Se añaden funcionalidades «por si acaso» sin haber validado la necesidad principal, aumentando el coste y el tiempo de lanzamiento. Recuerda, el objetivo de tus primeros pasos MVP no es construir un producto perfecto, es maximizar el aprendizaje.
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