Antes de crear tu producto, ¿cuántas veces te has parado a pensar en tu público objetivo? Y no nos referimos solo a identificar quién es, sino también a saber qué es lo que le gusta, sus preferencias, ¿nuestro producto de verdad puede cubrir sus necesidades? O de hecho, preguntarnos directamente ¿qué necesidades insatisfechas tiene?
Hacerse todas estas cuestiones, y todas aquellas relacionadas con nuestro target, son fundamentales para definir quiénes son aquellas personas que dan forma a nuestro público objetivo. Saltarnos este paso en el proceso diseño y desarrollo de nuestro producto puede acabar costándonos el fracaso de todo el proyecto.
Por este motivo es imprescindible dedicar un tiempo a averiguar quién es nuestro público objetivo y cuáles son sus necesidades insatisfechas, siempre con el objetivo de analizar cómo nuestro producto podría cubrirlas.
Tenemos que entender por público objetivo todas aquellas personas que puedan darnos información relevante para comprender nuestra situación de partida: usuarios que usan/usarán nuestro producto, expertos en la materia, personas que nos han encargado el reto (si las hay), etc.
Existen multitud de técnicas para saber quién es nuestro público objetivo, pero lo ideal es comenzar por una puesta en común de todas las ideas y sugerencias que tienen los miembros del equipo involucrado en el desarrollo de producto. ¡Y todos deben opinar! Solo así se podrán ver los diferentes puntos de vista de cada uno y estar más cerca de saber qué “personas” forman nuestro target.
Una vez que tenemos una idea de quién es nuestro público objetivo llega el momento de corroborar si lo que nosotros pensamos se corresponde con la realidad. ¿Y cómo podemos hacerlo? Preguntando directamente a las personas que dan forma a nuestro target. Para ello es fundamental preparar un guión con las preguntas a realizar, enfocadas a disipar cualquier duda que tengamos sobre si nuestro producto encaja con sus expectativas y si cubre sus necesidades.
A diferencia de otros tipos de investigación, el Design Research está orientado a que pasen cosas. Esto necesariamente implica que la actitud ha de ser siempre de acción, de hacer cosas, aunque no tengamos toda la información para movernos, aunque no tengamos toda la comprensión de la problemática de forma exhaustiva.
En este punto es fundamental diferenciar entre el análisis cualitativo y el análisis cuantitativo. La entrevista nos dará la información del primero, mientras que la encuesta nos dará cifras para llevar a cabo el segundo. Ambos análisis son complementarios, no excluyentes, pero tenemos que tener claro que el cualitativo, en este caso la entrevista, será el que nos dará más información sobre nuestro target, pudiendo corroborar o desmentir las hipótesis que planteábamos al inicio.
Una vez tengamos un guión con las preguntas definidas llega el momento de salir a la calle y comenzar con el trabajo de campo. Es importante anotar cualquier apunte que pueda sernos útil para los siguientes pasos del proceso: edad y sexo del entrevistado, respuestas y puntualizaciones a las preguntas que le realizamos, etc.
Las personas han de ser el centro del diseño del producto
Pero no pienses que con realizar las preguntas de tu guión es suficiente para saber quién es tu público objetivo. Pregúntale siempre por qué. A cada respuesta que te dé, un por qué. Solo así conocerás verdaderamente a tu público y podrás dar respuesta a todas aquellas dudas que se te planteaban al inicio del proceso.
“Observando con finura, uno puede extrañarse de modos de conducta y comprensión aparentemente próximos, o sea, puede ver como ajeno lo que es aparentemente propio.” H. Velasco & A. Díaz de Rada
Y si con todo esto no es suficiente para conocer a tus potenciales consumidores, vuelve a plantear nuevas hipótesis y sal a la calle. Solo así conocerás a aquellas personas que comprarán tu producto.
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