El mundo no para. Y quien no se suba al carro de la innovación está destinado a desaparecer. Esto se puede aplicar a muchos ámbitos, pero sobre todo al de las empresas.
La innovación empresarial y la de cualquier otro ámbito está impulsada, sin ninguna duda, por las nuevas tecnologías y la digitalización. Pero nuestro principal impedimento no se encuentra en ningún otro lugar más allá de nuestro pensamiento; un pensamiento que es preso de las dinámicas antiguas, cortoplacista y que se encuentra paralizado por la incertidumbre.
¿Qué se puede hacer para sacarle de este estado? En este artículo arrojamos un poco de luz al respecto.
El actual estado de las empresas y la innovación
La innovación se ha convertido en uno de los elementos más importantes de las empresas en la actualidad debido a la alta competencia que existe. Por ello, las empresas que quieran destacar y sobresalir dentro de su sector deberán llevar a cabo técnicas de innovación empresarial.
Y esta innovación, como no, es fundamental que vaya de la mano de la transformación digital. Nos movemos a tal velocidad que, al parecer, según el informe de Technology Vision de 2021, el desarrollo de la digitalización y la innovación que se tenía previsto que iba a suceder en la próxima década, va a tener lugar en uno o dos años.
Según este mismo estudio, más del 90% de los directivos afirma que su empresa está implementando estrategias de innovación de forma urgente.
Son tres los elementos que deben existir en toda organización que quiera subirse al carro de la innovación:
- Incorporar tecnología a la empresa.
- Reinventarse.
- Diseñar modelos sostenibles.
En definitiva, las empresas conocen la realidad actual y no se están quedando de brazos cruzados, están tomando cartas en el asunto y preocupándose por la innovación. No obstante, todavía queda mucho por hacer. En ocasiones, es muy difícil a nivel económico, sobre todo para las pymes (las cuales se encuentran en una situación de urgente necesidad de digitalizarse).
Fomentando y cambiando los actuales modelos de pensamiento
Aplicar la innovación a una empresa requiere de cambios tanto de pensamiento como de dinámica de trabajo, de habilidades y de capacidades por parte de todos los integrantes de la compañía.
Hay algunos pasos muy interesantes y que las empresas deberían considerar cuando quieren plantearse seriamente poner en acción una estrategia de innovación:
- Análisis de la competencia y las preferencias de los consumidores para identificar necesidades y desarrollar nuevas ideas.
- Analizar la situación de la empresa para saber cuáles son los cambios que mejor se pueden implementar para orientar a toda la compañía hacia la innovación.
- Fomentar la creatividad en todos los departamentos e incluso crear uno independiente que se encargue de organizar los objetivos de innovación.
- Plantear bien la manera de comunicar al consumidor esa innovación. En muchas ocasiones, cuando la innovación se quiere llevar a cabo en los productos o en la parte externa de la compañía no triunfa por un error en el marketing.
Una mirada hacia el futuro
A día de hoy, solo la mitad de las compañías que planifican su estrategia con una previsión de cinco años alcanza el éxito. Frente a ellas, el 85% de las empresas que lo hacen más a largo plazo consigue sus objetivos. Esto demuestra la importancia de planificar con la vista puesta en un futuro lejano.
Sin embargo, no hay que perder la visión acerca del presente, su inmediatez y sus constantes cambios. Gracias a la digitalización, en pocos meses podemos experimentar grandes cambios. Si no se lleva a cabo una estrategia de toma de decisiones rápida, todo puede fallar. No se trata de pensar mucho las cosas y perder el foco de acción. Se trata de encontrar el equilibrio entre planear el futuro y pensar en actuar en el presente.
Las empresas que no generan nuevo valor mueren
No vale innovar por innovar. Crear algo nuevo que no cubra ninguna necesidad, no aportará valor y es este elemento el que hay que buscar cuando trazamos cualquier estrategia de innovación.
Es tan importante esta variable que, según el índice de superviviencia de Standard and Poor’s que se realiza a las 500 empresas más significativas del momento, en los años 50 estas empresas tenían una vida media de 60 años. En los años 80, este número se redujo enormemente a 25 años y ya en 2010 alcanzaban una tasa de supervivencia de 18 años. ¿Qué previsiones nos esperan para los próximos años?
En THC somos conscientes de la importancia de la innovación dentro de las empresas, lo hemos podido experimentar cuando hablamos directamente con ellas y nos comentan sus preocupaciones y necesidades.
Para alcanzar el éxito en la innovación es importante contar con equipos que conozcan la realidad y se sepan adaptar a ella. Es aquí donde nos dimos cuenta de que se estaban produciendo errores. La educación actual reglada no entrena a profesionales para el mundo actual, sino para un mundo que ya no existe.
Con nuestros cursos hemos querido poner fin a esta dinámica a través de una metodología propia y de lecciones que sí atienden a las necesidades del mundo actual.
theherocamp – Labs de aprendizaje para el futuro del trabajo
