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La metodología agile aplicada al Product Management no es solo un nuevo enfoque de la gestión del proceso productivo; es una nueva manera de comprender cómo deben trabajar las empresas hoy en día dentro de un entorno tan volátil como el que vivimos ahora.

Por este motivo es importante tener claro cómo debe ser el Product Manager que reclaman las organizaciones hoy. Y no nos referimos solo a las habilidades que debe tener, sino identificar cuáles son las claves que diferencian a un gestor de producto tradicional frente a un Product Manager ágil, adaptado al entorno actual. Solo así las empresas serán capaces de identificar qué persona es la adecuada para llevar esta misión a cabo.

Diferencias entre los tradicionales vs los nuevos Product Managers

  • En el enfoque tradicional, cuando nos referíamos al proceso de gestión del producto teníamos que dirigirnos a varias personas: al Product Manager, al responsable de Marketing de Producto y al Project Manager. Esto suponía que todas estas figuras compartían responsabilidad en la creación del producto. Hoy en día todos estos espacios los coordina el Product Manager, quien se encuentra al mando del producto y lidera todo el proyecto, desde el diseño y el desarrollo hasta la propia comercialización, especialmente en las empresas más pequeñas.
  • En las organizaciones más grandes, en ocasiones vemos al Product Manager trabajando de la mano del Product Owner y ambos trabajando en modo “ágil”. De esta forma, tanto si solo hay un Product Manager o si hay Product Manager y Product Owner trabajando en paralelo, lo que se tiene que asegurar es que haya iteración continua con el equipo Scrum de desarrollo, con el Scrum Máster (si lo hubiera) y el equipo involucrado en todas las fases del proceso. Ello asegura que siempre se trabaje con feedback continuo del cliente final, que lo que se esté haciendo tiene sentido y, en definitiva, que se reduzca el gasto o “desperdicio”.
  • Otra de las diferencias que presenta el Product Manager de hoy en día con el de hace unos años es que antes se dedicaba mucho tiempo a hacer una amplísima investigación de mercado para saber si su producto podría satisfacer las necesidades de los consumidores, además de planificar todas las fases de la creación del producto y analizar los resultados del lanzamiento; a día de hoy el Product Manager debe realizar el mínimo trabajo necesario que permita crear una versión simple, pero lo más completa posible, que permita describir cómo será el producto y cuáles serán sus funciones. Eso es lo suficiente, para poder poner a todo el equipo a trabajar y empezar a recoger feedback.
  • Hasta hace no mucho el Product Manager también debía describir todos los aspectos del producto, explicando cada una de sus características lo más detalladamente posible, antes de pasárselo al equipo técnico, trabajando así en cascada. Ahora se busca a un Product Manager que sepa descubrir aspectos clave del mismo de manera espontánea, sin buscarlo necesariamente, mientras se produce (trabajo y aprendizaje en curso). No existe una fase de definición amplia ni tampoco se especifican en detalle las necesidades del mercado y el propio producto para pasarlas a un roadmap a largo plazo detallado. Se busca mucho más dinamismo, estando su trabajo enfocado en encontrar continuamente el feedback del usuario y el cliente.
  • Desde el enfoque tradicional hay que tener en cuenta que los comentarios de los clientes se reciben tarde (y debemos matizar que en ocasiones, muy tarde), después de haber testeado en profundidad el mercado y, casi siempre, tras el lanzamiento del propio producto. Ahora, la organización de reuniones (co-creación y test continuo con clientes) en las que se facilitan las opiniones de los clientes son clave ya que será a partir de este momento cuando se identificarán los aspectos que se puedan mejorar y lo que vale la pena desarrollar.

La metodología ágil es ideal a la hora de gestionar un producto nuevo que se quiere lanzar al mercado así como el propio proceso de innovación. ¿Por qué? Porque gracias a ello se puede hacer frente a contextos de mercado donde la incertidumbre es la fuerza dominante.

De este proceso, y de cómo enfocar este entorno tan cambiante, te hablaremos en el próximo curso que organizaremos desde Product Lab. ¿Te apuntas?

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